Si mi nombre es de alguna pista, nací y crecí en Cuba, una pequeña isla en el Caribe, antes de mudarme a los Estados Unidos en el 2014.

Incluso mucho antes de eso, siempre tuve una fascinación por la fotografía. A mi madre le encantaba documentarnos a mí y a mi hermana en cada paso que dábamos con su vieja Sony. No pasó mucho antes de que comenzara a pedir la cámara, sin importarme si me faltaba en las fotos. Empecé a amar la idea de que la fotografía es un medio para capturar momentos, recuerdos y emociones, y una forma de compartir mensajes y pensamientos.

Desde entonces, he tenido como prioridad explorar y mejorar mis habilidades en el arte. Valoro la idea de que todo el mundo es fotogénico y nadie debería ser excluido de la experiencia. Por lo tanto, solo deseo mejorar en lo que amo, para que otros puedan ver lo que veo a través de una imagen.